El proceso de enseñanza-aprendizaje se desarrolla en un ambiente de calidad, calidez e interacción con los demás, con una propuesta significativa y lúdica; a partir de actividades desafiantes que potencian el desarrollo de destrezas y la creatividad; de modo que niñas y niños sean capaces de buscar soluciones a situaciones problemáticas que se presenten en su entorno inmediato.